La iniciativa Berton Bertokoa ha dado un paso al frente y ha presentado al Gobierno Vasco un proyecto para cambiar el modelo de los comedores escolares de durangaldea. Vamos a conocer de boca de Isa, Gaizka y Olatz los pormenores del proyecto.

Proponéis un nuevo modelo de comedor al Gobierno Vasco. ¿En qué consiste el proyecto y a quiénes incluye?

Isa: El proyecto lo presentan 9 escuelas de forma colectiva y busca un cambio en el modelo de comedor en el que las familias realmente puedan decidir sobre la alimentación de las niñas y niños. El modelo actual no cumple con las características que se le presuponen a un comedor que se encuentra en un centro educativo. En el modelo actual se prioriza la homogeneización del modelo de gestión sobre el acceso a una alimentación sana y de calidad. Esto es especialmente grave porque se trata de escuelas públicas y además es un modelo que es financiado por las cuotas de las familias, es decir, se está financiando un modelo que va en contra de las propias demandas de quienes lo utilizan y más aún, es un modelo promovido desde instituciones públicas que va en contra del derecho a la alimentación y nutrición adecuadas.

Frente a esto, con el proyecto se busca un modelo que permita un modelo en el que las familias tengan derecho a decidir sobre los alimentos y que permita acceder a alimentos locales y agroecológicos. Para ello, una de las premisas de este proyecto es que las AMPAS deben ser parte de este proceso, pero el trabajo de gestión de comedor no puede recaer sobre su voluntariedad, por lo que se ha buscado una fórmula que implique a otros agentes. De esta forma están implicadas la Comunidad educativa de los Centros, los ayuntamientos y se incluye una contratación para la gestión de la materia prima de los menús.

Olatz: El proyecto lo formamos las siguientes escuelas públicas del Durangaldea: Abadiño, Atxondo, Berriz, Durango, Elorrio, Iurreta, Mallabia, Traña-Matiena, Orobiogoitia, Zaldibar y Zornotza. No tenemos cocinas en todas las escuelas, ese es otro de los objetivos de nuestra iniciativa, no me cabe duda de que este proyecto nos ayudará también a lograr este objetivo.

 

¿Cuál es el objetivo de este nuevo proyecto?

Olatz: El objetivo de este nuevo proyecto es conseguir un nuevo modelo en los comedores escolares del Durangaldea. Un proyecto sano, respetuoso con el medio ambiente, que fortalece el sector primario de nuestra región y que impulsa a las personas trabajadoras de los comedores.

Gaizka: Creemos que algunos apartados del modelo actual no son viables, entre otros, en lo que se refiere a la producción, a la alimentación de los niños y niñas, que las familias no sepan lo que comen, ni lo que pagan, en el impacto medioambiental… Por otro lado, a la hora de elaborar los menús que tendrá la escuela nos parece importante adaptarse a sus necesidades y decidir en base a la realidad del centro. Así las familias sabrían lo que comen sus hijos e hijas, de dónde son los alimentos y cuánto cuestan. Y por supuesto, habría menos excedente porque se gestionarían mejor los alimentos.

 

¿Os habéis basado en otras experiencias a la hora de realizar esta propuesta?

Isa: Se han mirado experiencias de otros territorios del Estado Español y por supuesto también hacia los proyectos piloto que se han desarrollado aquí en estos últimos años. De ellos hemos aprendido que en otros territorios ha sido clave el contar con la implicación de ayuntamientos y otras entidades públicas que acompañen estos procesos. Aquí en principio no hay entidades que estén creadas para ese fin como el caso de Canarias con los Ecocomedores. De otros lugares también hemos aprendido que sí es posible cambiar las normas y colocar compromisos claros, como en el caso de Valencia con la orden de compra pública en la que incluyen la obligatoriedad de un 40% de productos de temporada y un 3% de producción ecológica. No es suficiente, pero muestra posibles caminos a seguir. Es importante saber que esto es posible. Además, hemos visto modelos en los que los ayuntamientos son claves. La Orden que rige los comedores en el Estado Español así lo establece. Esto tiene lógica, ya que son la institución más cercana a la ciudadanía y quienes conocen la realidad local, de ahí el tomar los ayuntamientos como agente importante en este proyecto.

Olatz: Los proyectos que se han puesto en marcha hasta ahora nos demuestran que un proyecto como este es posible. Además de que nuestro proyecto se posible, también es una vía para otros muchos proyectos con el mismo objetivo que vendrán en el futuro. ¡Sería genial!

 

¿Cuál es la principal diferencia entre el modelo actual y el que propone Berton Bertokoa?

Isa: La principal diferencia es por una parte el reclamar cocina propia para las escuelas, algo que está en proceso en algunas de ellas. Por otra parte, a la hora de la gestión se propone que la gestión de las cocineras siga dependiendo de Gobierno vasco y la gestión de monitoras y monitores sea a cargo de las empresas de cáterin como hasta ahora, pero la principal diferencia en este proyecto será que la gestión del producto recaiga en las escuelas en colaboración con los ayuntamientos.  Esto supondría que el Gobierno vasco, al sacar su licitación, al igual que ahora distingue entre centros con cocina y sin cocina, también podría diferenciar centros con producto y sin producto. De esta forma la gestión del producto pasa a las escuelas, que pueden buscar su fórmula de gestión. En nuestro caso se plantea que sea apoyada por los ayuntamientos.  En este caso, además, el proyecto lo presentan 9 centros por lo que la idea es que esa gestión se haga de forma colectiva entre ellos. Esto es un reto, pero también permite plantear de forma colectiva la viabilidad del proyecto.

Olatz: La principal diferencia es la materia prima de los comedores y el cambio de modelo existente para gestionarlo: productos de productoras y productores autóctonos y con una nueva figura de persona gestora que nos dirigirá en nuestras escuelas. Todo ello a la vez que tenemos una cocina más sana y sostenible. La competencia que se otorga a las familias de cada escuela en la organización diaria de menús de los hijos e hijas es también un cambio de modelo a enseñar y transmitir a nuestros hijos e hijas.

 

¿Qué importancia tiene la educación en un espacio como el comedor? ¿Por qué?

Gaizka: el comedor escolar no puede ser únicamente un lugar para llenar la tripa. Es un lugar para alimentarse, donde comen, pero también debería ser un espacio para conocer la comida, las temporadas de los alimentos, los sabores, los olores… el respeto por la comida se interioriza desde pequeños. Si hacemos todo esto en el comedor escolar, entendemos que el comedor escolar debería ser un lugar para educar.

Olatz: sin duda es muy importante que el comedor sea un espacio educativo. Mostraríamos productos autóctonos de una manera natural en su día a día, potenciando los valores de su territorio, impulsando la sostenibilidad y un modelo de vida de calidad que van a interiorizar desde que son pequeños y pequeñas.

 

¿El proyecto es económicamente viable?

Gaizka: ¿Es viable que empresas gigantes controlen qué comen nuestros hijos e hijas? En nuestro proyecto se ha reflexionado sobre todas las aristas, analizando su viabilidad, los números se ajustan, no solo para las familias, también para los niños y las niñas que comen en la escuela, para las personas productoras y también para nuestra zona rural. Por supuesto que económicamente es viable, sabemos que todo esto tiene que ir evolucionando poco a poco, porque un pequeño cambio en este ámbito influye mucho.

Isa: Sí, el proyecto es viable y cumple con las premisas de autofinanciación que se establecen en la propia Orden del Gobierno Vasco. De hecho, a los ayuntamientos no se les pide financiación, se les está pidiendo que apoyen un nuevo modelo. La experiencia de los proyectos piloto nos ha servido para recopilar datos y ver que es posible. Es posible la viabilidad monetaria y la fortaleza de este proyecto es que además es viable a nivel de carga de trabajo, ya que lo que es poco viable es que todo este trabajo de gestión recaiga de manera exclusiva sobre las AMPA. Esto es posible para tiempo limitado, pero complica que los proyectos perduren a medio y largo plazo. Este proyecto tiene un factor importante para la viabilidad, el hecho de que sea colectivo entre varios centros que suman en torno a los 2000 menús diarios. Es importante destacar que la problemática para implementar otros modelos de gestión de los comedores no es la viabilidad, el reto principal es la voluntad política de que esto se pudiera poner en marcha.

 

¿Qué recomendaríais a las escuelas que, como vosotros y vosotras, quieren transformar el comedor escolar?

Isa: Creo que unirse con otras es una gran fortaleza, también supone un reto a la hora de coordinarse y trabajar juntas, pero el impacto que puede tener y las posibilidades se multiplican.

Gaizka: Reflexionad sobre varias cuestiones: qué supone tener cocina en la escuela, qué consecuencias tiene, preguntarse qué estamos haciendo con la alimentación de nuestros niños y niñas en la escuela. Compartid las inquietudes de cada uno en su escuela e informar sobre cómo se está trabajando en este tema en otras escuelas.

Olatz: sin duda que avancéis, este proyecto aporta beneficios a toda la sociedad, ni qué decir a las y los más pequeños de nuestra sociedad y al futuro. Deberíamos extender este tipo de proyectos a todas las escuelas públicas: primero por los derechos y la salud de nuestros pequeños y pequeñas, pero también por el futuro de las personas productoras de nuestro país. ¡A ver si en pocos años es así!