En el marco de nuestro objetivo de conocer otros modelos de comedores escolares, representantes de Bidezko Elikadura, EHIGE, BIGE, Berton Bertokoa, Mendialdea IGE, Murumendi eskola y el Servicio de Salud Pública del Ayuntamiento de Donostia hemos visitado Cataluña entre el 17 y el 20 de octubre.
Hemos llegado en un momento de cambio, ya que el Departamento de Enseñanza está tratando de actualizar el decreto en vigor que data de 1996, con el objetivo de adaptarse a la nueva ley de contratación pública. Sus intentos han chocado con la oposición de organizaciones como FAPAC, que no acepta que se prohíba la gestión integral realizada por las AMPAs.
En Cataluña son las familias las que asumen el coste total del servicio (productos, personal trabajador, infraestructuras). Cada centro educativo decide cómo quiere gestionar su comedor, el Departamento de Enseñanza fija un precio máximo de 6,20 euros por menú pero no regula los ratios (cada centro decide cuánto personal contrata).
Unos 2.000 centros educativos públicos cuentan con comedor en base a tres modelos: gestionado por el centro/la dirección/el consejo escolar, gestionado por la AMPA o por el Consell Comarcal. Varios ayuntamientos gestionan también los comedores a través de concursos públicos.
En opinión de la Federación de asociaciones de AMPAs de Cataluña, es el centro el que debe decidir cómo gestionar su comedor y el Departamento de Enseñanza debe contratar a todo el personal, para garantizar los mismos derechos en todos los centros así como las condiciones laborales del personal. Aunque no tienen un modelo definido, tienen claro que el espacio del mediodía («Temps de migdia») debe salir del mercado, ya que la alimentación de las niñas y los niños no puede ser un negocio. Creen que el comedor debe ser un espacio gestionado por la comunidad educativa.
La importancia del proyecto educativo del centro
En todas nuestras visitas hemos detectado la importancia de insertar el comedor en el proyecto educativo del centro. Los comedores de Cataluña se inscriben dentro del «Temps de migdia», y todas sus actividades, incluida la comida, deben ir en consonancia con el proyecto educativo del centro.
En el centro educativo público Patronat Domenech de Barcelona, por ejemplo, Crea y Creix gestiona todas las actividades pedagógicas desde hace 20 años. Todo el personal tiene una formación educativa (Psicología, Pedagogía, Magisterio, Educación Social, etc) y se mantiene la coherencia entre todas las actividades que se desarrollan desde las 8 de la mañana hasta que acaban las actividades extraescolares.
Las niñas y los niños de 3, 4 y 5 años comen en su aula. Además de hacerlo en un ambiente relajado, desarrollan su autonomía, ya que se encargan de colocar los manteles y utilizan todos los cubiertos desde los 3 años, con la ayuda del monitorado.
Con el objetivo de fomentar el aprendizaje entre iguales, alumnas y alumnos de 6º de primaria acompañan a los de primer curso durante la primera semana en la que comen en el comedor y también se encargan de despertarlas después de la siesta.
Con el objetivo de fomentar el cuidado del medio ambiente, están calculando la comida que sobra en el comedor.
Santa Susanna: una apuesta local por unos comedores sostenibles
Santa Susanna, una población de 3.000 habitantes a una hora de distancia de Barcelona, cuenta con tres centros educativos públicos. Solo la Escola Montagut cuenta con cocina, por lo que es allí donse se cocinan los 185 menús de los tres centros, y luego se transportan en una pequeña furgoneta. Ecoarrels, una pequeña empresa que da servicio a 10 centros, se encarga de todo el servicio (comida, personal, mantenimiento de las infraestructuras) con un 70% de producto local y ecológico.
En nuestra visita también hemos conocido otra pequeña empresa que ofrece un servicio similar con el mismo objetivo: comprar directamente a las y los productores a un precio justo para ofrecer al alumnado un alimento de calidad, local y ecológico. En la web de Ecomenja informan sobre el origen de cada uno de los productos.
Las dos empresas ofrecen un servicio integral y apuestan por integrar el comedor en el proyecto educativo del centro formando para ello a todo su personal, especialmente al personal de cocina, que debe adaptarse a una materia prima que llega directamente de las y los productores.
Ecocentral: la importancia de las infraestructuras
Ecocentral es una central de compras ecológicas que sirve a 59 centros educativos que elaboran 17.000 menús diarios. Las y los productores llevan allí sus productos y el personal se encarga de repartir los pedidos. Tanto Ecomenja como Ecoarrels trabajan con Ecocentral y son las y los productores los que facturan a cada uno de los centros educativos.
Una vez al año se reunen todas las partes y acuerdan los precios para todo el curso. Hay que aclarar que Ecocentral no es un intermediario y no infla el precio de la materia prima, sino que cobra su servicio a las empresas gestoras y a los centros que se autogestionan.
La experiencia de Sant Cugat
Sant Cugat cuenta con 12 centros educativos públicos de primaria y 5 de secundaria. Todos los centros de primaria son gestionados por la AMPA: 2 directamente y 7 a través de la organización sin ánimo de lucro Paidos y 3 a través de empresas.
El Ayuntamiento realiza tareas de coordinación y ha puesto a disposición de la experiencia una finca pública que gestiona L´Ortiga. Se trata de un grupo de productores y productoras que hacen agricultura ecológica y ofrecen actividades educativas a las escuelas que creen que la alimentación y la agricultura son temas transversales con una gran potencialidad educativa.
En la escuela pública Pi d´en Xandri eskolan que gestiona Paidos el alumnado de infantil también come en el aula. Además, tratan de romper con los estereotipos de género, fomentando la contratación de monitores hombres. Un grupo de alumnas y alumnos de último curso se encargan de apoyar la labor del monitorado y acompañar al alumnado.
Por último, hemos visitado la Escola Catalunya, cuyo comedor gestiona la AMPA de manera integral. Aquí hemos conocido una interesante experiencia para aprovechar de forma solidaria las sobras del comedor. Han elegido a cuatro familias becarias, para las que el cocinero prepara varios táper. La familia debe firmar un documento de descarga de responsabilidad y debe seguir las instrucciones: guardar en el frigórifico el táper en un plazo máximo de 2 horas, consumir en el mismo día, etc. Cada táper lleva una pegatina con la fecha de elaboración y los ingredientes. La AMPA se encarga de informar a los servicios sociales.